Modelos de comercio electrónico disponibles en la actualidad, especialmente B2B y B2C,
B2B (business to business | de empresa para empresa)
En este modelo de negocio, la relación de consumo es entre empresas y no implica al consumidor final. La venta/compra tiene la finalidad de suplir una necesidad de la empresa para que pueda satisfacer al consumidor final.
B2C (business to consumer | de la empresa al consumidor)
Este es el modelo de negocio más tradicional. La relación comercial tiene lugar entre la empresa y el consumidor final (o el comprador – mira más detalles en la siguiente sección de este post) y no implica ninguna intermediación de terceros. El B2C también se conoce con el término “venta directa”, ya que implica una operación de consumo realizada directamente por una persona, que puede ser un shopper o el propio consumidor.
¿QUIÉN ES EL SHOPPER?
El shopper es la persona que realiza la compra: va al punto de venta y elige el producto o servicio y lo paga. Por ejemplo, un padre y una madre que compran productos de higiene para sus hijos (desodorante, pasta de dientes, entre otros) o, padres que eligen un curso de inglés, se matriculan y pagan, pero no son ellos los que van a consumir, sino sus hijos. Muchas veces el shopper también consume el producto.
El shopper:
- Realiza la compra;
- Pasa por la experiencia de compra;
- Tiene el poder de decidir la marca, el precio y el lugar de compra;
- Puede ser influenciado por el punto de venta (POV);
- Evalúa la relación costo/beneficio.
- relacionamiento de largo plazo con los clientes;
- factura promedio más alta;
- más oportunidades de upsell, recurrencia y escalabilidad;
- mayor previsibilidad de los ingresos
- necesidad de un conocimiento amplio sobre la empresa compradora;
- contacto con diferentes tomadores de decisión;
- mayor complejidad de las ventas;
- ciclos de venta más largos y clientes más exigentes.
- ventas más simples;
- mayor frecuencia de compras;
- presencia del factor emocional;
- mercado más amplio, dependiendo del nicho en el que actúe la empresas.
- relacionamiento de corto plazo (y como consecuencia, la facilidad que el cliente tiene de cambiar de una empresa a otra);
- factura promedio menor;
- proyección presupuestal reducida.
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